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Sigamos el ejemplo egipcio

3 julio 2013

Cairo

La actuación de los militares ante el comportamiento del Presidente de Egipto, Mohamed Mursi, constituye un ejemplo muy interesante, que los venezolanos debemos seguir.

Los egipcios consideran muy lógico y natural que si el pueblo descontento está en la calle, exigiendo un cambio de gobierno, las Fuerzas Armadas interpreten la voluntad popular, obligando al presidente a acatarla.
Por eso nadie está denunciando un «golpe de Estado», dentro o fuera del país, excepto el propio Mursi.

Según informó el diario estatal Al Ahram, el Ejército egipcio no tiene intenciones de tomar el poder, sino de trazar una «Hoja de Ruta» que contempla la creación un consejo presidencial, la imposición de un gobierno neutral interino, y el inicio de un proceso de transición de entre nueve y doce meses, durante el cual se redactará una nueva Constitución que será sometida a referéndum antes de la celebración de elecciones presidenciales y parlamentarias. Algo muy parecido, por cierto, a lo que sucedió en Venezuela el 23 de enero de 1958.

Uno de los principales motivos del descontento popular fue la pretensión del gobierno de Mursi de imponer una nueva forma de totalitarismo, basado en el fundamentalismo religioso; algo semejante a lo que han hecho los chavistas respecto al autoritarismo marxista.

Llama mucho la atención el pronunciamiento del jefe de las Fuerzas Armadas egipcias, Abdel Fatah al Sisi, referente a que para los militares «es más honorable morir que ver al pueblo egipcio sentirse aterrorizado o amenazado». Frase que nos gustaría mucho escuchar de los militares venezolanos.

En Venezuela hay razones mucho más importantes para que las Fuerzas Armadas intervengan; primero, porque somos víctimas de una invasión por parte del régimen castro-comunista cubano; y segundo, porque el gobierno de Maduro es ilegítimo, tanto en su origen como en su desempeño.

La diferencia es que en Egipto la oposición está de acuerdo con una actuación militar, y la promueve abiertamente; mientras que aquí, inexplicablemente, la MUD insiste en que las Fuerzas Armadas no deben intervenir.

Pero si la patria es objeto de una invasión cubana, si se entrega nuestro patrimonio a otras naciones, si se comete fraude electoral, si se viola la Constitución sistemáticamente, si se vulneran los derechos humanos, y si ni siquiera se sabe cuál es la verdadera nacionalidad del presunto Jefe de Estado, entonces se justifica plenamente una actuación de los militares para defender la soberanía y garantizar la vigencia de la Constitución.