El enemigo es la mafia comunista internacional
Por: Elides Rojas
El Universal, 14/01/13.- Hoy más que nunca está claro de qué está hecho el oficialismo, antes chavismo. No es un movimiento criollo. Usa a los venezolanos, eso sí, pero no es autóctono. El partido oficialista es parte del movimiento tumba gobiernos de los 60 en adelante que ahora, gracias a la plata que Chávez se apropió del tesoro de Venezuela, financia la toma del poder de los títeres de Fidel y Raúl Castro, los amos.
Traidores a la patria es poco, pero por la vía que sea ganan las elecciones que es el punto de partida de esta banda de asaltantes dizque demócratas que manejados desde Cuba orientan toda la política de la región. Y manejan los recursos. Es nada más y nada menos que el Foro de Sao Paulo y todos los movimientos comunistas del mundo lo que está detrás con la malvada visión de los cubanos, con toda la fuerza de 50 años de experiencia dominando y asaltando a su pueblo.
Si se cambia la forma de establecer el horizonte por uno más amplio y poderoso, se tendrá perfecta idea del monstruo contra el cual viene luchando la oposición democrática venezolana. No es contra Chávez, el chavismo, el PSUV o el Partido Comunista. No. Esa es la representación de los títeres, de los que entregaron la patria a los cubanos y a los movimientos extranjeros. Han actuado y actúan como espías en su propio país. Eso da la dimensión del tamaño de la equivocación de la alternativa democrática a la hora de diseñar estrategias y planes de acción.
Durante los últimos días, cuando el líder del neocomunismo, el títere fundamental de los Castro, Hugo Chávez, se encuentra fuera de acción, inhabilitado para gobernar, metido en una clínica de élite en Cuba, donde administran lo que le queda de vida más con carácter político que con fines humanitarios, se ha hecho demasiado evidente que el chavismo dejó de ser gobierno desde hace mucho tiempo. En Venezuela y gran parte de la región mandan los cubanos de la cúpula castrista. Por algo el enfermo está allá. Por algo se fue directo al centro del poder. Ni siquiera Brasil. Es Cuba donde está la cosa.
Para allá van todos. Desde el nuevo representante de los Castro, Nicolás Maduro como todos los ministros del virreinato cubanovenezolano. Hasta Diosdado Cabello, que según decían era anti cubano, anti comunista y que supuestamente no compartía la entrega del país a los Castro. Pero la realidad dice otra cosa. Todos son parte de la secta que se apoderó del país y algunas otras naciones que se han dejado. Y si no se han dejado alcahuetean y sacan provecho, como el caso de Brasil. De ese eje castrista, financiado por Venezuela, destacan Argentina, Bolivia, Ecuador, Brasil; este último con muy claras diferencias estratégicas. Uruguay, Nicaragua y varios de los pequeñitos del Caribe. Esa es la mafia. Además están algunas naciones de Europa y Asia que andan en la movida, pero por puro interés económico. Comunismo, ya lo saben, no produce y alguien tiene que venderles.
Por eso asisten a una proclamación sin proclamado, por eso vienen a Caracas a una juramentación sin juramentado. Es parte de los actos necesarios para mantener la cofradía y más si se trata de proteger al financista y a sus herederos. Es el futuro de la mafia lo que está en juego. Por eso vienen y se dan el lujo de insultar en cadena nacional a la mitad o más de venezolanos que no comparten esta entrega del país al comunismo internacional, que se niegan a convertirse en la nueva Cuba, tan podrida y arruinada como la original. Por eso Daniel Ortega viene y cumple con su rol y, de paso, le dice carroña a los venezolanos en su propio país y los vende patria se lo aplauden.
Por eso la oposición ha estado equivocada. Su proyecto de país choca con la mafia comunista internacional y con los cerebros de Cuba. Su estrategia es demasiado pequeña con el chavismo en la mira, cuando en realidad está luchando contra un monstruo adinerado y perverso.
Ahora se sabe con mayor claridad dónde están los dólares del petróleo y todo lo que ha entrado producto de altos precios y nueva deuda. Es la traición a Bolívar y al país. Le entregaron la patria a los Castro y a la mafia comunista internacional.